En Costa Rica el primer caso de COVID19 fue detectado el 6 de marzo, en el momento que escribo este artículo llevamos 22 días de CRISIS. Básicamente absolutamente todo y todos nos hemos visto afectados. En estos momentos no hago más que recordar la celebre frase de Myke Tyson: "Everyone has a plan 'till they get punched in the mouth.", en esencia todos los planes que teníamos hace un mes no sirven para mucho, ya que el COVID19 nos vino a pegar directo en la cara.
En poco tiempo hemos pasado por las 5 etapas de duelo, algunos mas rápido que otros. Como emprendedor, empresario y padre de familia, he visto cambiar todo aquello que hasta hace muy poco daba por sentado, por eso quiero compartir 5 cosas que he aprendido en este poco tiempo, cosas que probablemente ya sabía, pero que las circunstancias han hecho que agudice mis sentidos y enseñanzas.
Pues bien, ante el impacto inicial que ha significado para todos la situación de pandemia, muchos en primera instancia nos hemos paralizado y angustiado ante la circunstancia inmediata. Mi primera enseñanza es mirar la crisis directo a la cara, reconozca que hay un riesgo real y un peligro inminente, pero de inmediato pase a reconocer al "enemigo", fije un plan de acción y evite concentrarse por mucho tiempo en lo grave. Luego será muy tarde para reconocer lo que "pudo haber hecho". 2. No es tiempo de procastinar. Una de las cosas más importantes que me han enseñado estas últimas semanas es que la crisis ha acelerado todo, aquello que en mi negocio requería de consensos, reuniones presenciales interminables y procastinación al máximo, han sido tomadas de forma decidida en minutos o horas. Mejor aún, pasado el choque inicial, y tomando decisiones informadas, se abre una puerta para empezar a identificar oportunidades, a imaginar el nuevo formato de negocio y todos los cambios que ello conlleva, a mí como emprendedor, ese panorama no hace más que estimularme, la resilencia está en nuestro ADN, y si lo quieren, algo de locura. 3. Los colaboradores son y seguirán siendo el motor de su empresa. Soy dueño junto con mi esposa de la Clínica Pediátrica Kidoz, y además brindo consultoría a empresas de turismo como el hotel Si Como No, Hotel Villa Blanca o Namu Travel. El sector salud y el turismo han sido fuertemente golpeados, pero en ambos casos he visto como los colaboradores a pesar de las duras circunstancias (algunos han tenido que ser suspendidos, enviados a vacaciones o han visto su jornada reducida), han redoblado esfuerzos, brindan sus opiniones, consejos y comentarios, la comunicación fluye sin jerarquías. Es en momentos como este en los que se valora más el esfuerzo por mantener durante los buenos tiempos las mejores condiciones para los colaboradores, ser un "buen jefe" no es suficiente, se requiere ser una buena persona ante todo. La recompensa es esa "milla extra" que la crisis requiere, sin egoísmo y con la mirada al frente, y es ahí donde los colaboradores siempre serán la base de la pirámide, los que sostienen el futuro de cualquier negocio. 4. Tiempo de ayudar y recibir ayuda. Una de las lecciones mas importantes durante estos 22 días, es que las manos de ayuda llegan sin siquiera solicitarlas, la SOLIDARIDAD es moneda de curso común estos días. Me resulta común recibir llamadas preguntándome; ¿cómo van las cosas, en que te puedo ayudar?, ó mira, se me ocurrió que podrías hacer esto o aquello; y surge en mí otro sentimiento que debemos reconocer cada día, el AGRADECIMIENTO. De igual forma, trato de prestar mi ayuda a quienes me la pidan, consejos u opiniones, porque de esta salimos todos juntos. También me he dado cuenta que hay gente que debí dejar ir hace mucho y que hoy muestran su verdadera cara, eso también es ganancia. El que no desea ayudar ahora, no merece recibir ayuda después. 5. La pausa necesaria. A pesar de las preocupaciones económicas, emocionales y familiares, el tiempo en casa me ha permitido reflexionar y sacar tiempo para las cosas importantes que por la constante carrera que hace solo 1 meses vivíamos, había venido dejando para después. En lo personal disfruto almorzar y cenar en casa con mi esposa y mi hijo, y con cierta admiración nos damos cuenta que hacía mucho tiempo que no lo hacíamos. Tener tiempo para hacer una retroinspección, y darme cuenta que no importan los dos carros y la moto parqueada en la cochera, no importan los "chunches" acumulados por años, hoy se agradecen los pequeños detalles, escuchar del otro lado del teléfono la voz de un amigo en el extranjero que se encuentra bien, o de la mamá, abuelo o abuela, que nos dice que se encuentran con salud, eso alivia más que cualquier cosa. Hagamos de esta pausa un tiempo para tomar impulso, para conocernos aún más y para empezar de nuevo con más energía, más ideas, siendo mejores humanos. Recuerden que la salud es lo primero, y cómo nos indican las instrucciones que nos dan en los aviones, mantenga la calma, póngase su mascarilla para que pueda ayudar a otros, y por favor #quédate en casa.
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AutorRomán Venegas, CFO. |